Un réel pour le XXI sciècle
ASOCIACIÓN MUNDIAL DE PSICOANÁLISIS
IX Congreso de la AMP • 14-18 abril 2014 • París • Palais des Congrès • www.wapol.org

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Marie-Hélène Brousse
Entrevista sobre el tema "Un real para el siglo XXI"
realizada por Anaëlle Lebovits-Quenehen

Anaëlle Lebovits-Quenehen: ¿Cómo entiende este título, "Un real para el siglo XXI"?

Marie-Hélène Brousse: Lo entiendo como lo real que es producido por el discurso analítico. Para decirlo de otra manera no hay imperialismo de este real, que no es el mismo que el de la ciencia, la percepción, el sentido común – suponiendo que existiera. Es un real que se define a partir de las coordenadas del discurso analítico.

A.L.-Q.: Entonces, ¿un real singular para un sujeto singular?

M.-H.B.: Sí, pero con un bemol. Todos los sujetos singulares comparten el gran Otro, es decir, la lengua, el lenguaje, la palabra, y funcionan en el interior de un discurso más o menos común.

A.L.-Q.: Este discurso más o menos común nos lleva a la segunda parte del título: "para el siglo XXI". ¿Cómo articular lo real del psicoanálisis, que es lo más singular del mundo, con un discurso común en el que cada sujeto singular está sumergido?

M.-H.B.: Lo real singular de cada sujeto se produce en análisis y no existe por fuera de esta experiencia – en el sentido en que, si ya es difícil acceder a eso con el análisis, sin éste es realmente imposible. Identificar sus propios trozos de real es quizá el objetivo clave de un análisis. Este acceso, que es en efecto singular para cada uno, marcado por una gran contingencia, no se puede producir por fuera del discurso analítico, que se despliega en la lengua natural. De alguna manera, lo que es más común en los seres hablantes – en el campo del lenguaje en el que Lacan definió al inconsciente – es el malentendido. Opondré entonces la caparazón del malentendido al carozo de lo real. Un análisis permite sacar provecho del malentendido completamente común para atrapar algunos pequeños trozos de real que son muy singulares.

A.L.-Q.: Es completamente común pero se expresa singularmente. No estamos todos tomados por el mismo malentendido; todos tenemos nuestra manera de mal-entender al Otro, podría decirse.

M.-H.B.: El malentendido de cada uno se organiza con el fantasma cuando hay uno, y si no con el delirio o la certeza. Esta alianza con el fantasma da al malentendido una función de modo de goce. Las lenguas naturales, que aseguran que el malentendido persista, brindan los medios para el malentendido

A.L.-Q.: ¿Podríamos entender el título del Congreso como la posibilidad de continuar en el discurso analítico a remitir el malentendido de cada uno a los pequeños trozos de real que se distinguen en el curso de un análisis?

M.-H.B.: Sí. Lo que es importante de los testimonios de los AE, es en especial la posibilidad de ver surgir lazos entre esos pequeños trozos de real, o al menos interrogarse sobre la existencia de esos lazos. Vamos a publicar en el próximo número de La Cause du désir cuatro testimonios de pase de mujeres analistas que intervinieron en las últimas jornadas de la Ecole de la Cause freudienne. Ponerlos juntos, implica pensar que algunos elementos se podrían escuchar en eco, como la relación con el cuerpo o con un cierto modo de goce particular, que se impondría más allá de las contingencias diferentes. Podemos entonces tratar de ver, a través de los testimonios de AE, si se podría encontrar, no una fórmula del fantasma, si no una fórmula de lo real. Es un desafío epistemológico muy interesante para el psicoanálisis saber si hay una formalización posible de los trozos de real. Jacques-Alain Miller da algunas pistas cuando habla del inconsciente real, aplicando allí los matemas. Se trata de completar al inconsciente descifrable con un inconsciente que, por ser real, no se deja descifrar; un inconsciente en el que elegimos ser crédulos.

Pero para volver al título del Congreso, debo decir que primero me hizo pensar en el imperialismo de la definición científica de lo real en nuestro discurso contemporáneo. ¿Qué tiene acceso a lo real? Las matemáticas, es decir, la ciencia. El imperialismo de universalización del saber que produjo la ciencia lleva entonces a cada uno de nosotros a considerar, se quiera o no, que lo real será científico o no será. Tuve la ocasión de trabajar durante un año sobre una de las referencias más constantes de Lacan, Descartes.

Descartes trata de dar una base real a la subjetividad, intentando hacer coincidir el real subjetivo, atrapable por la lengua a través del enunciado pienso, luego existo (que es verdad cada vez que lo digo), con un real científico. Lacan muestra que Descartes reduce al sujeto a su índice de existencia y trata de transformar la subjetividad en realidad. Esa fue la base de la ciencia moderna y de la exclusión del sujeto del inconsciente del campo de ésta. Fundándome en el seminario De un Otro al otro, pienso que estamos en lo que Lacan llama un periodo de apertura de la cuestión de la verdad. En este Seminario, Lacan toma el ejemplo de la llegada de Edipo a la esfinge, la que le hace una pregunta. Es entonces un periodo de caos social, político y económico. La cuestión de la verdad dogmática se abre entonces y Edipo encuentra la respuesta: es el hombre. ¡A partir del momento en que se produce este significante amo, todo se cierra, el orden reina, uno se calma o se calla, todo el mundo se pone en fila de a dos! Tengo la impresión de que hoy en día la ciencia, en efecto, impone la dictadura de sus criterios de lo real, pero que tiene ella misma dificultades para precisar cuál es su real.

Efectivamente, si uno escucha a los científicos, los epistemólogos, la materia explotó, y todo lo que definía antes su real, ahora falla. A pesar del hecho de que se intente decir que si algo es científico, es verdadero, hay un cierto caos que abre de nuevo la cuestión de la verdad. Eso me empuja a decir que es el final de la doxa cartesiana. Si Lacan se interesó tanto en Descartes, es porque éste le permitió a la ciencia progresar durante tres siglos. Pero, actualmente, la epistemología es post cartesiana. ¿Qué pasa entonces con esta verificación de lo real? El psicoanálisis lacaniano es una tentativa de dar una definición de lo real que participa en esta cuestión actual de la apertura de la verdad.

A.L.-Q.: En el siglo XXI, nunca habríamos tenido tanta necesidad entonces de psicoanalistas para afrontar de manera adecuada esta apertura de la verdad.

M.-H.B.: Sí, ya que hay una tentativa frente a este caos de imponer una falsa definición de lo real a partir de la ciencia, ante una perspectiva de gestión de las poblaciones. Es una impostura definir un administrador habilitándolo como científico, pero eso marcha bien en la gestión de las poblaciones. En el "Triunfo de la religión", Lacan nos dice que los únicos que se oponen verdaderamente a eso, son los religiosos. Hay que agregar a los psicoanalistas y también a los artistas que militan contra esta dictadura de una pseudo ciencia. Pero nosotros no somos los más numerosos.

A.L.-Q.: Muchas gracias Marie-Hélène Brousse.

 


Desgravación: Damien Botté. Edición: Damien Botté, Alice Delarue.
Traducción : Laura Petrosino