Un réel pour le XXI sciècle
ASOCIACIÓN MUNDIAL DE PSICOANÁLISIS
IX Congreso de la AMP • 14-18 abril 2014 • París • Palais des Congrès • www.wapol.org

Programa del Congreso
Inscribirse a la FIESTA
Inscripción FULL
What's up ! NEWS
Comité de acción de la Escuela Una - Papers
Textos de orientación
Afinidades VIDEO
5 minutos a la RADIO
Afinidades PARA LEER
Trozos de real WAP WEB
Jornada clínica
Bibliografía
Publicaciones
Dosier de prensa
Informaciones prácticas
Los Congresos anteriores
Buscar en la web
Loading
Siga
@scilitwitt !
5 MINUTOS A LA RADIO
Esthela Solano-Suárez
Entrevista sobre el tema "Un real para el siglo XXI"
realizada por Anaëlle Lebovits-Quenehen

Anaëlle Lebovits-Quenehen: El título de nuestro próximo Congreso de la AMP, « Un real para el Siglo XXI », comienza con ese Un, Un real. ¿Qué puede decirnos al respecto?

Esthela Solano-Suárez: Es una invitación muy interesante que nos lleva a reflexionar sobre el estatuto preciso de ese Un y no sobre el real del siglo XXI. Tenemos que considerar primero que ese Un no es del orden del Uno único, del Uno unificador, sino que este Un nos abre hacia perspectivas poco aplicadas en la medida en que el estatuto del Uno, que de alguna manera caracterizaría al real, resalta más al Uno múltiple que al Uno único. Si miramos retrospectivamente, seguramente el discurso de la ciencia desde su aparición conmovió al orden simbólico edificado sobre el Uno de la jerarquía, el Uno del poder, el Uno del imperio, el Uno divino y el Uno de la autoridad eminentemente paternal. La ciencia, sirviéndose del Uno numérico más que del Uno unificador, produjo una estremecedora disyunción entre el Uno del poder y el del saber. En la medida que esos dos espacios se desglosan se produce una proliferación del saber que escapa al orden del poder. Me parece que vivimos bajo los efectos de esa disyunción que se introdujo en la vida cotidiana, cuyos efectos y consecuencias son palpables a nivel político, social, subjetivo, etc.

L.-Q.: ¿Acaso el discurso capitalista no cambió también la situación?

E. S.-S: Si, desde luego. El discurso de la ciencia produjo una elaboración de saber inédita y, por los efectos sobre la formalización de la verdad como lo recuerda Lacan, introdujo en nuestro mundo objetos que no existían hasta entonces a nivel de nuestras percepciones y nuestros sentidos. A través de las aplicaciones técnicas de la ciencia, ciertas ondas pueden ser captadas por toda una proliferación de gadgets increíbles que agrandan considerablemente el poder de nuestros ojos y de nuestros oídos. En esas condiciones el discurso capitalista se acerca al discurso de la ciencia para así reproducir a gran escala esos objetos y ponerlos en circulación, de modo tal que vivamos acoplados (n.t) a esos gadgets que nos acompañan a todas partes en nuestra vida cotidiana y se convierten en verdaderos síntomas para cada uno.

Entonces ¿cuál es el estatuto de ese objeto que puebla nuestro universo? Ellos producen algo definitivamente inverosímil anulando de algún modo la antigua relación que teníamos con el espacio y el tiempo e introduciendo una visión que universaliza, que sostiene la creencia de un universo enteramente visible y transparente. Podemos decir aquí que hay una transformación impresionante, un pasaje del real hacia lo visible, lo representable. Sin embargo nos equivocamos si creemos que eso representable es del orden de lo real.

A.L.- Q.: Justamente, ¿qué es lo que hace que eso representable, no sea en ningún caso una mejor representación de lo real?

E. S.-S.: A pesar de los progresos inusitados y formidables de la ciencia, los que aprovechamos día a día, lo real escapa de las coordenadas de eso representable, de eso visible que la ciencia busca numerar, formalizar, matematizar. Pese al hecho de que la ciencia nos hace creer, como en una ideología religiosa, que hay una explicación y un sentido para todo, lo real se nos escapa y aparece en otro lugar. Es decir que los efectos de lo irrepresentable, de lo impensable, de aquello que escapa al sentido, son zonas de sombras, zonas de lo imposible que señalan un real propiamente dicho que le escapa a esta ambición de lo todo visible, de que todo se formalice.

A. L.-Q.: ¿En que cambia que el discurso de la ciencia y el capitalismo pretenda acabar con el real al que, para los psicoanalistas del siglo XXI en su relación al uno por uno, precisamente tienen que tratar?

Como Lacan nos lo invita a considerar en su última enseñanza, para los psicoanalistas se trata de no ceder ante la demanda de la sociedad contemporánea de acabar con el real y el síntoma. Y en nuestra práctica más precisamente, esto nos invita a desplazarnos de los efectos de sentido, de los efectos de lo imaginario, a estar atentos a lo que se escapa del orden de lo simbólico, de lo representable, de lo visible, para orientarnos con el síntoma. Esto implica considerar el síntoma como una función que no se reduce toda al sentido. El síntoma como función comporta para cada sujeto una forma de lo más singular de hacer con el desorden simbólico y con los orificios del imaginario, es decir con lo que es del orden de lo imposible en la relación sexual para los seres parlantes. Estamos en una sociedad donde todo lo que es del orden de lo sexual es aparentemente reducido a lo posible, en el sentido de un goce sin límites según las apetencias de cada uno. Hay modalidades sexuales que se revelan como posibles pero sobre el fondo de una imposibilidad sexual. Haga lo que se haga en tanto cuerpo sexual no se puede gozar enteramente de otro cuerpo. Dos cuerpos no pueden hacer UNO al nivel del goce, porque el cuerpo se goza solo, goza de una marca contingente, traumática. No hay relación entre dos cuerpos sexuados al nivel del goce.

L.Q.: Esthela Solano-Suárez, le agradezco.

(n.t): la entrevistada utiliza el verbo "accoupler" que en castellano encontramos como acoplar o aparear.

Transcripción y edición : Damien Botté et Alice Delarue
Traducción: Catery Tato