Algunos encuentros dejan marcas… y éstas, suelen ser inolvidables. En mi caso, el encuentro con un texto de una colega, me dejaría perpleja. ¡No podía ser! En ese escrito, se encontraba la pregunta que me había podido formular después de mucho tiempo de trabajo, y lo decía todo. Entonces… ¿qué podía decir yo?, ¿para qué seguir?

Desaparecía, una vez más frente al Otro. Otro de la última palabra. Efecto devastador. Intensa angustia. Padecimiento de síntomas en el cuerpo, que me dejaban en reposo junto a mis libros. Inhibición en cuanto a la escritura. Vivía así, la experiencia de lo real como analizante.

Sorpresa. Una interpretación. El analista vocifera: ¡en espejo!, cortando la sesión. Resuena en mi cuerpo. Conmoverá una posición de goce. Proceso de separación. Alivio. Despejada, comenzaré a tomar la palabra. Lazo a la Escuela. Presencia. Vivificación del cuerpo.

Hoy el reposo me incomoda. Salgo de él. Apropiada de lo mío, escribo, y en esta oportunidad, sobre un trozo de real extraído de mi experiencia analítica.

Andrea B. Perazzo
EOL, La Plata