« Hyper n° 8 ». Denis Darzacq. |
Leer lo real como lo imposible de soportar, y entender el sentido como un anestésico – como dijo Miller en la XIV Conversación del ICF de Barcelona-, nos permite abordar el real en juego del sujeto hiper-moderno, que no lo olvidemos, será el heredero del discurso analítico.
El discurso del siglo XXI produce un borramiento del rastro que deja la estructura. Si entendemos la estructura como las consecuencias de la insondable decisión del ser, por la cual el sujeto se encuentra con la palabra y toma posición -se abona o no al sentido una vez tomada, esta decisión tiene efectos. Hablar brinda oportunidades de reencontrarse con réplicas de este momento original donde se produjo la marca y se tomó la decisión. En la psicosis, es el momento de desestabilización. ¿Pero qué ocurre si no hay una psicosis, como en los sujetos "inclasificables" de ahora que ni hablan ni han sido hablados prácticamente por sus otros?
El discurso capitalista mantiene al sujeto tan atareado en su relación con los objetos de goce como defensa, que le permite subsistir sin definirse durante lapsos de tiempo sorprendentemente largos. Esto hace mucho más difícil hallar los efectos de su decisión; la clínica actual nos muestra sujetos que aún no la han tomado de forma clara, y el discurso del psicoanálisis ayuda a esclarecer, o a afianzar, a desoxidar, a poner en marcha y a empezar a extraer las consecuencias de esta decisión.
El discurso del psicoanálisis permite, precisamente porque salvaguarda el uso de la palabra, digerir esos pedazos de real insoportable a los que se enfrentan los nuevos sujetos, más solos que nunca.
Marta Maside Docampo
ELP, A Coruña
Yiwu Survey ». Liu Jianhua. 2006 |