Adolescente de 12 años con ataques de ira muy difíciles de controlar. Buen alumno y buen niño hasta hace unos pocos meses. En estos primeros encuentros conversamos mientras jugamos a algún juego de mesa. Le propongo uno en el que hay que adivinar una palabra oculta. Me toca adivinar y con las pistas de letras que tengo, voy diciendo, como para mis adentros, palabras posibles. En eso digo: Bromo. Interviene:
– Eso… no… qué es?
– Es un elemento….
– Ah! Es eso de Breaking Bad, de la tabla de los elementos que aparece el principio?
– Si, es cierto! Tú la ves? Le pregunto.
– No, no… eso no es para mi, eso no lo sé.
Descarto la palabra. Gasto mis alternativas. Pierdo. Era Bromo!! Engañada.
Su abuelo está en la cárcel, devino verdaderamente "malo", cometió un crimen. Está en la cárcel pero al joven no se lo han contado, no lo sabe.
No lo sabe?
Gabriela Medin
ELP, Madrid